LA BALA MÁS LENTA DE LA HISTORIA

Henry Ziegland  dejó a su novia. Ella, atormentada y completamente afligida, terminó suicidándose. Pero para desgracia de Henry, su suicida exnovia tenía un hermano, quien lo persiguió y le disparó. Creyendo que lo había matado, el hermano se quitó entonces la vida. Pero el caso es que, Henry no había muerto. La bala sólo le había arañado el rostro, y ésta terminó incrustada en un árbol. Que suerte la de Henry que escapó por los pelos, o eso creía él, porque ños más tarde Henry decidió cortar el mismo árbol, que aún tenía la bala en su interior. El árbol se resistía con dureza a la tala, por lo que, el muy listo, decidió volarlo con dinamita. La explosión extrajo la bala de la corteza, y salió disparada en dirección a Henry, le alcanzó en la cabeza y le mató.

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